domingo, 25 de abril de 2010

Eyjafjallajökull (El volcán islandes)

Percances.
Aquel dia la Madre Tierra no pudo más. De su lamento brotó una gran nube de hielo y fuego. Cuando vieron avanzar aquella blanca energia sobre sus cabezas, nadie pensó que se tratara de un desesperado quejido. Mas bien se sintieron traicionados ya que, por un tiempo, la densa nube llegó a colapsarles disipando el sentido de sus vidas: Cumplir con el horario.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Esa canción me recordo cuando les cantaba a mis hijos para que duerman. Gracias por traerme ese recuerdo.

Suso dijo...

Que gran reflexión... un aplauso!!
Ojalá todos lo vieran así.
Un fuerte abrazo.

Anónimo dijo...

Es cierto, deberíamos darnos cuenta de lo vulnerables que somos ante la naturaleza, y qué lejos estamos de tener el control.

Últimamente la tierra se está quejando cada vez con gritos más altos, pero seguimos sin oir.

Un abrazo.

Ginebra dijo...

Estupendo tema musical y fantástico post sobre el quejido de la Madre Tierra. Efectivamente no fuimos conscientes de su quejido, sólo nos interesó que se anularan vuelos y todo fuese caótico. Somos así de ciegos... Besos

Maria Coca dijo...

Así es: sólo importa lo que nos concierne de cerca. Sin embargo, qué ciegos estamos con la tierra...

Besoss