viernes, 7 de agosto de 2009

Horizontes de futuro.

Una luz enmedio de la oscuridad.Ínsulas
Barataria era una isla perfecta. En ella a nadie se le ponía un precio pero todo el mundo tenia su valor.
En esta isla cualquiera de nosotros (Sancho Panza en potencia) quisiera ser gobernador.





12 comentarios:

Ginebra dijo...

Me gustó la primera canción mucho... Lo mejor es que nadie tenga precio pero que todos tengan su valor. Me alegro mucho de verte, amigo, que últimamente estás ...¿quizás en una Isla?. Besos a mogollón

Maria Coca dijo...

Ojalá existieran islas así...

Besos tras las vacaciones.

María dijo...

Esta isla es de ensueño, quién pudiera estar ahí, me conformo con disfrutarla con mis ojos, gracias, Queiles.

Un besito.

Tereza dijo...

Me llevas a la isla?

La sonrisa de Hiperion dijo...

Amigo Alonso Quijano, deje usted las ínsulas, que a Sancho no le queda mano para tanto gobierno...

Saludos y un abrazo!

Abriles dijo...

Teresa Panza, estaba convencida de que su marido era un botarate porque abandonaba hogar y familia para correr locas aventuras en compañía de otro más chiflado que él. Pero cuando a Sancho lo hicieron gobernador de Barataria, Teresa Panza infló el buche y exclamó: ¡Honor al mérito!

pd: te he dicho que te quiero?

Sara Royo dijo...

"Si loco te dí una ínsula, cuerdo te daría un reino"
Yo no quisiera gobernar nada. Sólo q alguien me dijera algo parecido.
Besicos.

Anónimo dijo...

hermosa isla por dios!!!
donde queda este lugar paradisiaco...

es como cerrar los ojos y soñar.con aquello añorado!

besines !
desde este lado del mundo argentina

:) sauvignona

VeRoNiKa ♫ VeCa ♪ LiFe dijo...

Ese paisaje muestra mucha paz...
que bueno seria siempre verlo todas las manana para sacar sonrisas.

Saludos

VeCa

GEORGIA dijo...

Hermoso paisaje, hermosas letras...hermosa musica

Tereza dijo...

Pues yo me presiono solita para escribir, y así tengo una semana para pensar en el relato. No te preocupes, todos tenemos nuestro síndrome de la hoja en blanco.

Joaquín Campos dijo...

–¿Cómo no? –replicó Sancho–. Dígote, Ricote amigo, que esta mañana me partí della, y ayer estuve en ella gobernando a mi placer, como un sagitario; pero, con todo eso, la he dejado, por parecerme oficio peligroso el de los gobernadores.

¡¡¡DELICIOSO!!!

SALUD.