domingo, 15 de marzo de 2009

Reptil.

Ras de suelo.

Aunque la serpiente reptara ágil por la ladera del monte, nunca alcanzó la línea del horizonte, ni supo como liberarse de sus traumas y levantar el vuelo; Entre otras cosas porque la serpiente hace tiempo que renunció a las alturas a cambio de un firme y seguro suelo. Hubo muchos que desecharon sus alas por miedo a terminar cayendo.



11 comentarios:

Joaquín Campos dijo...

MUCHOS SE AFERRAN A UN FRAGIL PRESENTE Y NO BUSCAN UN SOLIDO FUTURO - CUESTION DE MIEDOS Y PRIORIDADES-
FELIZ DOMINGO.

Anónimo dijo...

Si el hombre tiene miedo de caminar, que no suelte la mano de la madre. Si tiene miedo de caer, que se quede sentado. Si tiene miedo del accidente, que deje el coche en el garaje.
Si tiene miedo de escalar, que se quede en el refugio. Si tiene miedo de que no se abra el paracaídas, que no salte.
Entonces, quizá sobrevivirá, pero ya no será un hombre, ya que lo propio del ser humano es querer arriesgar, de manera razonable, su vida.

Camille Stein dijo...

la impaciencia y la amargura nos hace serpientes

el miedo a la caída, a las alturas, a los sueños... nos cuesta un precio demasiado alto: las alas

generalmente no es posible recuperar lo que se ha mutilado


un abrazo

Ginebra dijo...

No me gustan las serpientes, me dan terror, no porque no sepan volar (al menos saben reptar) es por otros motivos... pero al hilo de tu preciosa reflexión, diré que si perdemos las alas y las ansias de volar nos perdemos a nosotros mismos, pero la vida te pone tantas trabas al vuelo que acabas por arrancarte las alas, querido Queiles... no quiero hacerlo aún. Besos.
Me encantó la canción que has puesto hoy.

La sonrisa de Hiperion dijo...

El que ser que por voluntad propia ya se arrastra, desgastará su piel, sin poder elevarse, porque su alma no lo deja.

Saludos

Oteaba Auer dijo...

Aceptar la derrota antes de intentarlo sería de personas pobres de espíritu, auqneu a veces y aisladamente nos pueda ocurrir.
Besitos:)

MRB dijo...

¡Buenísimo Queilles! Es un excelente símil.

Abrazos.

Soy ficción dijo...

Ais, q fallo! Con la de veces q pueden salvarte unas alas de todo lo malo de abajo!

La Dama Zahorí dijo...

Otros vamos a medio camino, reptando o volando según las circunstancias, como híbridos mutantes de oscura filiación y dudosa existencia.

Saludos, Queiles.

Paz dijo...

Me quedo con mis alas, con las cicatrices cerradas y las yagas abiertas porque no concibo una vida sin arriesgar, arriesgar para ganar.

Pero asi mismo entiendo a los reptiles, quién sabe por qué no ven el horizonte?, quién sabe si es eterno o transitorio?, lo cierto es que cada uno cumple un rol en el ciclo de la vida, los seres alados, los no tanto y los de plano NO ALADOS. Cada uno tiene sus motivos, razones y causas.

Fuerza para que encuentren ese meollo y se permitan ver la vida desde otras perspectivas, se liberen de miedos y corazas y sencillamente se aventuren a volar....

SALUDOooos
un gusto volver a leerte

CriS dijo...

Vaya, me gustó, pero... me encantan las serpiertes, no creo que renunciaran a sus alas por miedo a volar frente a la seguridad de su suelo. Creo que eligieron ser poderosas desde el sigilo, desde el misterio, desde el olvido quizá, desde lo mas interior... pero qué se yo... nunca he sido serpiente y las miro desde mis vuelos...

besos