El final del verano
Con las toallas al hombro, andando despacio, dejándonos llevar por las chanclas,pasos remolones, deseando que aquel camino no acabase nunca...Nos mirábamos y sonreíamos pero no nos salían las palabras. Había un nudo en la garganta que hasta costaba tragar. Sabiamos que ese sería nuestro último paseo y el corazón tronaba de impaciencia en el pecho. En un tramo del camino, tropecé y, de pronto, nos vimos con las manos cogidas fuertemente como si quisiéramos trasmitir, a través de ellas, esas palabras que no se atrevían a salir... Mirándonos fijamente a los ojos, sonreímos y casi a la vez dijimos...¡Te quiero!...
3 comentarios:
"Donde quiera que saltes o que gires..."
bien!! un nuevo blog. me parece bien.
Sigue escribiendo. Los breves son lo mejor
En esta página, ni podía imaginar las siguientes…
Hoy sos mi vida, mi amor, lo que me faltaba para ser yo misma.
Te amo mi cómplice
"Donde quiera que saltes o que gires..."
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