Erase una vez una bella durmiente que necesitaba demasiados besos para despertar. Otras veces se despertaba cuando le apetecía,sin besos.
Se extendió su fama por todo el reino y todas las bellas durmientes se anotaron a la nueva tendencia.
Los principes debieron reciclarse y a partir de entonces los besos dejaron de ser herramienta de sometimiento y coacción.
Caperucita - Ismael Serrano
viernes, 1 de abril de 2011
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5 comentarios:
Me alegra volver a leerte.
Un beso.
Soy mas de Blancanieves...
SALUD.
Es precioso. Me encantó porque mi pareja me recuerda demasiado a esa bella durmiente,..., Un cuento genial
Se te echaba de menos!!!
un abrazo ;D
Genial. Te he echado de menos!!!!
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